ANIMA Y ANIMUS.
Edgard Whitmont elabora una “clasificación tipológica tentativa de lo Femenino”. Generalmente, uno de estos rostros del á nima se encuentra vuelto hacia arriba, hacia la luz de la conciencia de un hombre, y lo atrae hacia ese tipo de mujer, que se convierte para él en representante de lo femenino. 1- La Madre es una figura llena de cualidades protectoras, que brinda atención y mimos. Su rostro luminoso es el del hogar y la seguridad, el del perdón y el consuelo; es la encarnación de toda compasión y de toda sabiduría instintiva. Su rostro oscuro es el de la que posee, devora y destruye, la matriz sombría que aleja al hombre de la vida, adentrándolo en la muerte. El hombre que se tiene, él mismo, encadenado a esta imagen, que no puede entender las múltiples facetas de lo femenino, sino que está esclavizado únicamente a ésta, terminará generalmente sintiéndose atraído por mujeres que efectivamente pueden desempeñar con él el papel de madre; y se debatirá por lo común